martes, 2 de marzo de 2010

De Olofernes Modernos y otros cabrones


Hoy es un lunes de principios de febrero y llueve. Al llegar a mi trabajo mi jefe ya estaba en su sitio. No tiene nada que hacer, ni a las 8,45 ni a ninguna otra hora, pero da igual, su máxima ilusión es descubrir si llego tarde, y hoy lo ha conseguido. Mierda!!
Mi trabajo en este momento es aburrido, triste y solitario pero muy cómodo y me vendo a esta ventajilla, lo reconozco, pero lo pago caro porque cada día me pregunto qué coño hago aquí unas 20 veces más o menos, otro día os lo cuento con más detalle. Pongo Radio clásica para sentirme más acompañada y me encuentro esta maravillosa pintura de Caravaggio donde se ve a Judith cortando la cabeza de Olofernes, debe ser una señal. Quien fuera ella… me dan ganas de meterle el photoshop y cambiar la cara de la asesina y la del decapitado por la mía y la de mi jefe, pero enseguida caigo en la cuenta de que tal y como estoy hoy, tendría que hacer varias copias con todos los tíos a los que pondría en el lugar del caprichoso general… buf que pereza! Mejor imaginarlos uno tras otro. Ya me siento mejor. La verdad si yo estuviera en el lugar de Judith mis razones no serian tan patrióticas y elevadas como las de esta heroína bíblica… bueno serían las mías. En primer lugar preservaría el territorio de las mujeres de unos cuantos enemigos del mundo femenino, especialmente del mío. Y ya puestos también eliminaría a un montón de Holofernes modernos, víctimas siempre del mismo impulso que él: pensar con la entrepierna. En fin, como veréis hoy estoy bastante cabreada con los tíos así que lo dejo porque la cosa no da más. Os propongo admirar la belleza de esta pintura y, si alguna se siente identificada conmigo, haced el ejercicio mental del cambio de caras, ya veréis que bien os quedáis. Un abrazo.
Fuente: Radio Clásica