Esta mañana he venido con el firme propósito de trabajar más, no quiero estar ociosa porque me siento mal conmigo misma, si uno se lo propone siempre se encuentra algo, pero que queréis, dadas las circunstancias, me cuesta mucho proponérmelo :-(El caso es que mi desayuno con Internet es sagrado y hay que aprovechar que no está el gordo de mi jefe por aquí para estos menesteres tan mal vistos por la empresa pero tan necesarios para mi salud mental. Además si esta él tengo que andar disimulando y como lo sospecha, se pasa la mañana haciendo visitas a la fotocopiadora a ver si me pilla “infraganti”. ¡¡Que tristeza Dios mio!! Esto es peor que el colegio, debo revisar urgentemente mi vida profesional y hacer algunos cambios.
Bueno lo que os quería decir es que una de mis paginas favoritas para desayunar es The Sartorialist, el blog de moda más interesante que he visto, y creo que el más famoso también. Hoy he encontrado esta fotografía de una “mamma” milanesa con sus hijos, auténticos prototipos del italiano pijo, que me ha encantado y me ha hecho reconsiderar lo que dije ayer sobre la edad y la moda en las mujeres.
Es cierto que no hay nada de sexy en su aspecto y te puede gustar mas o menos, pero si hay mucho de juvenil y nada de vulgar, y eso es un gran logro que creo que lo obtiene combinando el atrevimiento y el clasicismo a partes iguales. Por su puesto ayuda la actitud tan elegante que tiene esta señora, pero eso ya es de nacimiento, como los lunares.
Su imagen me hace creer que las mujeres maduras podemos ser atractivas, elegantes y juveniles con nuestro aspecto y nuestra actitud. Mantengo que no es conveniente usar el atractivo sexual como reclamo en la imagen después de cierta edad, por el contrario creo que conviene elegir atuendos sobrios salpicados de toques originales y modernos porque eso rejuvenece, y la juventud es de por sí un reclamo, no explicito desde luego, más bien como ir al mismo sitio pero dando un rodeo. Bueno dicho esto me gusta mucho la foto, una familia estilosa donde las haya, para inspirarse vamos. Besos
Mi gris realidad laboral me espera.
Fuente: The Sartorialist
